Encuestas digitales para la evaluación formativa
En el contexto educativo actual, caracterizado por una creciente integración de las tecnologías digitales, las encuestas digitales han emergido como una herramienta clave para apoyar la evaluación formativa. Esta forma de evaluación tiene como principal objetivo mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la retroalimentación continua, en lugar de centrarse únicamente en la calificación final del estudiante (Black & Wiliam, 2009).
Las encuestas digitales permiten a los docentes recopilar datos rápidos y sistemáticos sobre el nivel de comprensión, intereses, percepciones y necesidades del alumnado. Plataformas como Google Forms, Microsoft Forms, Kahoot!, Mentimeter o Socrative han ganado popularidad en ambientes educativos debido a su facilidad de uso, accesibilidad y capacidad para presentar resultados en tiempo real (Dikli, 2003). Estas herramientas permiten aplicar cuestionarios breves antes, durante o después de una clase, fomentando la participación activa del estudiante y facilitando al docente tomar decisiones pedagógicas informadas.
Una de las principales ventajas de las encuestas digitales en la evaluación formativa es su capacidad para ofrecer retroalimentación inmediata. Según Nicol y Macfarlane‐Dick (2006), la retroalimentación efectiva debe ser oportuna, comprensible y orientadora. Las plataformas digitales permiten al docente adaptar sus estrategias didácticas de forma ágil, identificando dificultades o conceptos mal comprendidos antes de que se conviertan en barreras para el aprendizaje.
Además, el uso de encuestas digitales favorece una evaluación más inclusiva y personalizada. Al permitir respuestas anónimas, algunos estudiantes se sienten más cómodos expresando dudas o dificultades, lo que puede ser especialmente valioso en contextos donde el miedo al error inhibe la participación. Asimismo, los datos recogidos pueden ser analizados para identificar patrones, ajustando la instrucción según las características del grupo o de cada estudiante (Sadler, 1989).
Es importante destacar que la efectividad de estas herramientas depende del diseño pedagógico de las encuestas. Las preguntas deben alinearse con los objetivos de aprendizaje y promover la reflexión crítica más allá de respuestas cerradas. Por lo tanto, el uso de encuestas digitales no debe entenderse como un fin en sí mismo, sino como un medio para enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva formativa y centrada en el estudiante.
En resumen, las encuestas digitales representan una estrategia poderosa para fortalecer la evaluación formativa. Al ofrecer retroalimentación inmediata, fomentar la participación activa e informar la toma de decisiones pedagógicas, estas herramientas contribuyen a construir entornos de aprendizaje más dinámicos, equitativos y eficaces.
Referencias bibliográficas
-
Black, P., & Wiliam, D. (2009). Developing the theory of formative assessment. Educational Assessment, Evaluation and Accountability, 21(1), 5-31.https://doi.org/10.1007/s11092-008-9068-5
-
Dikli, S. (2003). Assessment at a distance: Traditional vs. alternative assessments. The Turkish Online Journal of Educational Technology, 2(3), 13–19.
-
Nicol, D. J., & Macfarlane‐Dick, D. (2006). Formative assessment and self‐regulated learning: A model and seven principles of good feedback practice. Studies in Higher Education, 31(2), 199–218.https://doi.org/10.1080/03075070600572090
-
Sadler, D. R. (1989). Formative assessment and the design of instructional systems. Instructional Science, 18, 119–144. https://doi.org/10.1007/BF00117714