INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN FORMATIVA COMO PILARES DE EDUCACIÓN TRANSFORMADORA
La evaluación formativa representa un paradigma educativo centrado en la mejora continua del aprendizaje, donde los instrumentos de evaluación dejan de ser meros dispositivos de medición para convertirse en herramientas estratégicas que potencian el desarrollo competencial. Existe una relación directa entre el uso pertinente de estos instrumentos y los niveles de logro en el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que los sitúa en el corazón del quehacer educativo contemporáneo.
La gama de instrumentos disponibles es tan diversa como valiosa. Desde los diarios de seguimiento y registros anecdóticos propuestos por Pérez y López (2017), hasta las rúbricas precisas destacadas por Velasco y Hurtado (2018), cada herramienta ofrece una perspectiva única sobre el progreso del estudiante. Las escalas descriptivas y de valoración diferenciada, como señala Herrán (2019), amplían el espectro más allá de las rúbricas tradicionales, mientras que el portafolio emerge como un instrumento privilegiado para documentar las trayectorias de aprendizaje. Esta variedad responde a una premisa fundamental: no existe un instrumento universal, sino herramientas específicas para necesidades educativas particulares.
La verdadera potencia de estos instrumentos reside en su capacidad para generar reflexión y diálogo. Cuando un estudiante utiliza una rúbrica bien diseñada, no solo recibe una calificación, sino que comprende los criterios de excelencia e identifica sus áreas de mejora. El diario del profesor, por su parte, se convierte en un mapa que orienta la práctica docente, mientras que las listas de cotejo proporcionan retroalimentación inmediata y concreta. Todos ellos comparten un propósito común: hacer visible el aprendizaje y regularlo eficazmente.
La selección de estos instrumentos debe ser estratégica y contextual, considerando el tipo de evaluación, la situación de aprendizaje, los productos esperados y deben ser utilizados tanto por estudiantes como por docentes. Esta corresponsabilidad en el proceso de evaluación es lo que la transforma desde un juicio unidireccional hacia una oportunidad de crecimiento compartido.
En conclusión, los instrumentos de evaluación formativa representan mucho más que técnicas de recolección de información: son mediadores esenciales en la construcción de aprendizajes significativos. Su implementación consciente y sistemática favorece el desarrollo de competencias, fortalece la autonomía del estudiante y enriquece la práctica docente. En un mundo que demanda aprendizajes profundos y transferibles, estos instrumentos se convierten en pilares para una educación transformadora.
REFERENCIAS
Valdez Valdez, L. S., Sánchez Uscamayta, J. O., Lescano López, G. S. (2023). Evaluación formativa: retroalimentación, estrategias e instrumentos. Revista Educación, 47, (2), pp. 1-24. DOI: https://doi.org/10.15517/revedu.v47i2.53987.